El vino moldavo es cada vez más apreciado en el extranjero, como lo demuestra el doble de medallas que sus vinos ganaron el año pasado en concursos internacionales. El éxito se debe a la alta calidad, pero también a las variedades de uva locales que llevan la impronta del \»terroir\» local.
Los vinos producidos a partir de variedades de uvas moldavas han despertado la admiración de los consumidores del mundo entero, por lo que los expertos extranjeros están convencidos de que, para afirmar su autenticidad en todo el mundo, Moldavia debía centrarse en ellos. Se consideran \»materia prima de oro\» para la elaboración de unos vinos muy apreciados a nivel tanto local como mundial.
Por nombrar las uvas moldavas más renombradas, destacamos las siguientes:
Feteasca Alba: una variedad antigua cultivada en la República de Moldavia durante siglos. Los vinos producidos a partir de estas uvas moldavas son finos y delicados, con aromas florales ligeros y frescos. Es uno de los \»padres\» de la variedad Feteasca Regala, que proviene de Transilvania, Rumania, pero que se cultiva en el territorio de Moldavia desde hace muchas décadas.
Feteasca Regala: una variedad de uvas semi-aromáticas, que son el resultado de un cruce natural y que fueron descubiertas en 1902 cerca de Sighisoara, Rumania. Las uvas de esta variedad tienen un aroma floral de pomelo típico, con un toque de pera fresca y cítricos, pero por lo general tienen un sabor con más cuerpo y textura que sus \»padres\».
Feteasca Neagra: la variedad tiene una historia de más de 2000 años y proviene del valle del río Prut en la parte suroeste de Moldavia. Se dice que se cultivó directamente de la naturaleza. Es capaz de producir vinos tintos de alta calidad, con aromas típicos de cerezas silvestres y moradas, sabor a bayas concentradas y una buena estructura.
Rara Neagra: una variedad antigua de la región, que se cultiva desde la época de los Geto-Dacios, en el suroeste de Rumania y en la región donde se encuentra hoy la República de Moldavia. Tiene un color relativamente pálido, con taninos delicados y ligeros y un sabor especiado a bayas. La variedad se ha aclimatado bastante bien en las colinas soleadas del sur del país.
Asimismo, en todo el territorio de la República de Moldavia se encuentran plantadas áreas con variedades autóctonas, de nueva selección, resistentes, a partir de las cuales se elaboran vinos de alta calidad. Éstos incluyen:
Viorica: una variedad cultivada en la región durante siglos. Los vinos blancos producidos a partir de estas uvas son conquistados por aromas pronunciados de albahaca y piel de limón. Se adapta perfectamente al clima de Moldavia y da muy buenos frutos, incluso en épocas de sequía. Recientemente se ha incluido en la gama de uvas europeas.
Riton: una variedad obtenida por selección en bodegas moldavas. Los vinos producidos a partir de estas uvas tienen un color amarillo, con matices verdosos. El aroma es especifico de la variedad y muy bien pronunciado, con un sabor a miel y membrillo, pleno y equilibrado.
Codrinskii: una nueva variedad de selección, obtenida del cruce entre Rara Neagra y Cabernet Sauvignon, en 2010. Codrinski se distingue por una alta resistencia a las heladas, enfermedades y plagas, y promueve la acumulación de grandes cantidades de azúcares, lo que permite obtener de vinos tintos secos de alta calidad. Los vinos obtenidos de esta variedad de uva tienen un intenso color y aroma, como debe ser un vino tinto.